DOMINGO XXIII Tiempo Ordinario 8 de septiembre de 2019

A propósito del evangelio de Lucas de este domingo. Lc 14, 25-33...

Al leer este relato del evangelio surge la cuestión ¿Por qué Jesús habla así a la multitud? Me parece que porque él vió mucha gente que lo seguía en su subida a Jerusalén y eso, en principio, no es normal teniendo en cuenta una propuesta como la suya. Respondamos esto: ¿Qué dice o promete un candidato político?

Es claro que dirá cosas que le gusten a la mayoría y le hagan adherirse a él. Ahora bien, siendo Jesús un personaje público ¿su propuesta es como la de estas personas? Claramente no lo es, más bien es una propuesta antipopulista. Imaginen que un político diga que si votan por él los meterá a la cárcel... ¿Ahhh? Por ahí va el asunto con Jesús.

Según eso, sus exigencias son como para no volverlo a ver más o sencillamente para abandonarlo, y seguro muchos de los presentes lo habrán hecho.... Pero, ¿en realidad él pretende que _odies_ a tu familia, que te _odies_ o que _odies_ lo que tienes? ¿No será un truco en su forma de hablar para decirnos algo superior? Esto último me parece que es cierto. Yo partiría de lo siguiente: seguir a Jesús nos hace amar más a nuestra familia. Así que, este "odiar" es una exageración a manera de cuestionamiento para medir si estamos dispuestos a continuar el seguimiento hasta el final.

Es que todo lo que tenemos se subordina en la dinámica del evangelio. Incluso, a veces la familia no entiende tu seguimiento y se opone a él (pensando que te hace bien) y por encima de ello debe estar el seguimiento de Jesús que es superior... Seguirlo no es renunciar sino optar por un bien mayor. Un bien que te hace más humano, es decir, más fraterno y solidaria, más persona, más sociedad... Recuerda aquello de "No podrás amar a dos dioses al mismo tiempo...".

Luego, debes empecinarte en romper con tu actitud egoísta, debes _des-centrarte_ de tu yo para mantenerte en el seguimiento de Jesús. Piénsalo porque esto, infortunadamente, te hará sufrir aunque no lo quieras. Que sea como cuando planeas construir una casa... Así que vale la pena preguntar ¿Qué tan cómodo o instalada estás? ¿Crees que en el seguimiento de Jesús vas a llegar hasta el final?

Bendiciones,

René Rey, cjm